DÍA SEXTO. Reflexión: Humildad de San Antonio
También en este Santo y de manera singular y maravillosa, se cumplió el dicho de Jesucristo: "El que se humilla será ensalzado".
Ocultóse como una violeta; buscó el retiro, el silencio y, dotado de altísima sabiduría, túvola oculta, y sólo la obediencia pudo abrir con su llave de oro aquellos raudales portentosos que hicieron de San Antonio el gran Predicador de las gentes, el "Arca del Testamento". De cuántos bienes te priva la soberbia. Sé humilde como San Antonio.
EJEMPLO: En el Capítulo General de la Porziúncula nadie se acordó de San Antonio. Quedó solo y abandonado. El mismo tuvo que pasar por la humillación de pedirle al P. Provincial de Bolonia que le admitiera en su Provincia. El P. Provincial le aceptó como súbdito suyo y le destinó a un convento perdido en los bosques en la vertiente del Apenino. Y allí se dedicó a los menesteres más humildes del convento; barrer, quitar los polvos, cortar leña para la cocina, fregar los platos y pucheros...
El gran predicador, el insigne teólogo, el taumaturgo que arrastrará a las masas... cumpliendo los oficios del último fraile del convento.
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