DÍA NOVENO.
Reflexión: San Antonio, Protector de los que sufren
Todo sufrimiento
en sus manifestaciones, el dolor del pecado, la pérdida de la salud,
la escasez de recursos, las injustas persecuciones, la ausencia de
paz, las hondas preocupaciones, las grandes tristezas... cuanto puede
atenazar el alma ... fue motivo de compasión para el Santo, fue
materia de milagros suyos, fue blanco de su misericordia. Nada se
ocultó ni se oculta a su corazón compasivo. Acudamos pues a San
Antonio con vivísima confianza.
EJEMPLO: San
Antonio de Padua durante su vida y después de su muerte ha brillado
siempre como el Santo Protector de los que sufren. Se han escrito
muchos libros que atestiguan esta faceta misericordiosa del Santo.
Recordemos un hecho de su vida.
Regresaba una
tarde San Antonio por una vereda a su convento, después de haber
predicado en un pueblo, cuándo se encontró con una pobre mujer que
sostenía en sus brazos a su hijo tullido. Postrada en tierra, la
pobre mujer le rogaba con gemidos y lágrimas que le ayudase en
aquella desgracia. También el compañero del Santo le imploró que
escuchase los ruegos de aquella pobre mujer. San Antonio, conmovido,
trazó la señal de la Cruz sobre el cuerpo tullido y el niño quedó
curado y regresó a su casa en compañía de su madre por su propio
pie.
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