martes, 6 de junio de 2017

Novena de San Antonio de Padua. Día tercero

Imagen de San Antonio de la iglesia de Saint Patrick (San Patricio), en Nueva York (Estados Unidos). Fotografía tomada por Elisabeth Mielke. Gracias a Cristina Martínez-Benito

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

   ¡Amadísimo Protector mío, San Antonio!  Heme aquí a tus pies, plenamente confiado en tu poderosa intercesión.  Mírame con aquel espíritu de dulce y tierna compasión con que mirabas a los pobres. ¡Pobre soy yo, Santo mío!  Véome lleno de miserias.

    La vida para mí es continua lucha. Pan de felicidad, de alegría, de salud, de paz, de virtud... ¡cuánto me hace falta y cuánto espero de tu amorosa protección!  Otórgamela, te lo pido humildemente, para que tu nombre de Taumaturgo sea nuevamente glorificado. Creo en tu poder, espero en tu bondad, amo tu corazón de Padre y bendigo a Nuestro Señor, que te hizo grande en la tierra y en el cielo.

    Amén.

RESPONSORIO

    Si buscas milagros mira muerte y error desterrados, miseria y demonio huidos, leprosos y enfermos sanos. El mar sosiega su ira redímense encarcelados, miembros y bienes perdidos recobran mozos y ancianos. El peligro se retira los pobres van remediados Cuéntenlo los socorridos díganlo los paduanos. El mar sosiega su ira... Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo. El mar sosiega su ira... Ruega a Cristo por nosotros Antonio divino y santo; Para que dignos así de sus promesas seamos.

    Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
    Alegre, Señor, a vuestra Iglesia la devota y humilde oración del glorioso San Antonio, vuestro siervo, para que seamos siempre socorridos en esta vida con los auxilios de la gracia y merezcamos conseguir después los gozos eternos de la gloria. Por Jesucristo Nuestro Señor.

    Amén.

DÍA TERCERO. Reflexión: Caridad divina de San Antonio

   Elevó el Señor a San Antonio al más alto grado de perfección y consumó sus virtudes heroicas con un ardentísimo amor de caridad. Sus biógrafos le comparan con los serafines. ¿Quién podrá adivinar la ternura de su amor a Jesús?

   Aquella escena en que el Niño Dios se recrea en los brazos del Santo puede servir para hacernos adivinar sus éxtasis, sus deliquios, sus ternuras seráficas...

   ¡Qué ejemplo para mí, frío, miserable, pobre pecador!...

EJEMPLO: Toda la vida del Santo fue un himno de amor al Señor. Todas sus caminatas, toda su predicación, todos sus trabajos... todo lo hizo por amor a Jesús. Y Jesús se lo recompensó aún en vida con bellísimas apariciones

   Cuentan los biógrafos que el Conde Tisso le invitó a descansar unos días en su castillo. La preparó una habitación muy apartada para que el Santo pudiera dedicarse con más a sus devociones.

   Por casualidad pasó el Conde por allí y vio un gran resplandor debajo de la puerta. Observó curioso por la cerradura y ¡oh maravilla!, contempla cómo el Niño Jesús, rodeado de luz celestial, acaricia y abraza a San Antonio.

   Desvanecida la visión, obligó el Santo al Conde Tisso a que no revelara tal gracia hasta después de su muerte. Así lo cumplió el Conde.

Breve Meditación...

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