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domingo, 7 de junio de 2020

Novena a San Antonio de Padua. Día Cuarto

DÍA CUARTO. Reflexión: Caridad fraternal de San Antonio
He aquí un Santo cuya vida fue un holocausto de entrañable amor a los hombres. Puede decirse que toda ella no fue sino una caricia a los pobres pecadores, a los tristes, a los enfermos, a los atormentados por las negruras de la miseria...

Y tanto placer debió encontrar el Santo en este amor fraterno a sus semejantes, que ni la muerte lo interrumpió. Hoy desde el cielo, como en vida, sigue prodigándonos las mismas caricias de amor, de ayuda y de compasión.

EJEMPLO: San Antonio de Padua, cuando todavía era estudiante, pidió licencia para cuidar enfermos. Quiere dedicarse a servir a los más desamparados. Se levantaba una hora antes para recorrer las habitaciones de los más imposibilitados. Les lavaba, arreglaba sus lechos, fregaba la vajilla, preparaba la comida, las medicinas y los brebajes.
Terminadas las clases bajaba presuroso al hospital y allí permanecía hasta últimas horas de la tarde. De noche, velaba hasta altas horas y, con frecuencia, en vísperas de vacación, pasaba toda la noche en vigilia velando el sueño y presto a llevar su auxilio y consuelo al que lo necesitara.
Breve Meditación.

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