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viernes, 5 de junio de 2020

Novena a San Antonio de Padua. Día Segundo

DÍA SEGUNDO. Reflexión: Esperanza de San Antonio.
Amó vivamente el Santo esta virtud.
Una vida de sacrificio, en lucha constante contra el infierno, el mundo y las pasiones sería imposible sin una gran esperanza, hija de una gran confianza en la bondad divina, en la paternal Providencia de Dios y en la ayuda constante de su gracia. Por eso, San Antonio jamás desmayó en su vida de incesante y penoso esfuerzo. ¡Contaba con Dios!
Humillémonos y contemos, no con nuestras propias fuerzas, sino con las divinas, esperando siempre en Dios.
EJEMPLO: Nunca Perdió San Antonio de Padua su esperanza y su confianza en Dios. Ni aún en aquellos trances extremos de su vida en los que parecía que todo estaba perdido y que no existía ningún remedio humano. Cuando impulsado por su ideal misionero pisó las playas africanas, Dios le envió la prueba de unas fuertes calenturas y dolores que le hicieron guardar cama durante todo un invierno.
Reducido a la impotencia, San Antonio se abandonó confiado en las manos de Dios.
Cuando más tarde, obedeciendo a sus Superiores, regresaba a Portugal, una terrible tempestad arrojó su navío a las costas de Sicilia.
En tierra extranjera, lejos de su patria... ni aún entonces perdió su esperanza y una vez más se arrojó confiado en los abrazos de Dios.

Breve Meditación...
 

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